

Volví al ayuntamiento para fastidiar un poco a la odiosa de Estrella. Si no estuviera detrás del mostrador no pararía de darle con la red o con la hacha.

Por culpa de la cobarde de Estrella me quedé con ganas de enfadar a alguien. Busqué a algún vecino cualquiera (que no fuera la Marina) para pegarle.
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