Marcia y Erika vinieron a Novallas. Erika me regaló un piano, una flor de fuego y una pared exquisista.
Luego jugamos al escondite. Aquí salgo yo contando hasta 20 y buscando por todo el pueblo para encontralas. Cuando ellas la paraban yo me quedaba a su lado hasta que decia "¡20!", y me hiba corriendo.
Por la noche pesqué un arowana, como ya lo tenía en el museo me lo he quedado de mascota.
miércoles, 29 de julio de 2009
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